Deslizó las yemas de los dedos sobre la almohada del lado
derecho de su cama, donde ella había dormido más de una vez. Todo se había echado
a perder, por culpa de los celos, ¿por qué no pudo confiar en ella? ¿Qué pasó? Suspiró
y se sentó en la cama, le apetecía beber para ahogar las penas, pero sabía que
no era la solución, ni a la situación ni a su idiotez. Se tumbó boca arriba en
la cama y cerró los ojos, todo iba tan bien hace dos meses…
—Entonces las firmas son dos horas y nos vamos, ¿no? —Preguntó
Ren impaciente.
—Sí, ¿por qué quieres volver a casa tan temprano?
JR se colocó bien la corbata y se guiñó un ojo, le gustaba
cómo iba, iba guapo, seguro que le encantaría a las fans que asistían al
evento.
—Estoy un poco agobiado, no sé. —Respondió Ren distraído con
la plancha de pelo que acababan de usar para plancharle el fleco.
—Si fueras mujer te preguntaría si tienes el periodo. ¿Estás
mareado? ¿No crees que cabe la posibilidad de que estés recayendo?
Ren se acercó por detrás de JR y le colocó bien el cuello de
la chaqueta.
—Quizá, últimamente he descuidado de mi salud.
JR sonrió, luego se giró hacia Ren.
—Últimamente descuidas hasta tu aspecto. Dime, Ren, ¿ocurre
algo?
Ren desvió la mirada hacia el suelo.
—Ojalá pudiera contarlo, pero es una estupidez y te reirías
de mí.
—Anda, cuenta.
—Prefiero que no, y venga, llegaremos tarde.
La sonrisa de JR desapareció de golpe, aquello no pintaba
bien. Quizá no fuera su mejor amigo, porque lo era BaekHo, pero obviamente se
preocupaba por su compañero, parecía bastante triste. Se miró una última vez al
espejo, bebió un trago de agua de la botella que tenía cerca y salió de la sala
junto a Ren. El mánager los esperaba en la mesa donde ellos estarían, las fans
esperaban impacientes, algunas lloraban de la emoción. JR saludó con la mano y
guiñó un ojo, al instante unas diez fans gritaron. Aquellos gritos alegraban a
JR. Miró a Ren, su sonrisa no era del todo pura, tenía matices de falsedad, de
querer esconder sus sentimientos. Los
cinco se sentaron y las fans llegaron con sus CDs para que ellos se los
firmasen. Una fan se acercó tímidamente
a Ren y le dejó el CD delante, Ren la miró y sonrió. Cogió el CD y lo firmó. La
chica sonrió.
—Hola. —saludó.
—Hola L.O.V.E, ¿cómo te llamas?
—Julia—sonrió
—Yo soy Ren —rió por lo bajo—aunque eso ya lo sabes.
Ren miraba fijamente a los ojos de la chica.
— ¿Qué ocurre? ¿Intentas adivinar mi nacionalidad? Ha, ha,
soy europea.
—No estaba pensando eso, estaba pensando en que tienes unos
ojos muy bonitos.
La chica se sonrojó.
— ¿Eso crees? Son bastante normales…
—La forma y el color son bonitos, pero me refería a lo que
expresan.
La chica se dio cuenta de que las fans la miraban mal, en
parte porque estaba acaparando a Ren.
—Yo… gracias, tendría que irme, estoy haciendo que las
chicas esperen mucho.
Ren cogió de la mano a la chica.
—Gracias por venir, y encantado de conocerte. —sonrió.
¿Aquella sonrisa había sido sincera? JR miraba de reojo la
escena mientras firmaba el sexto CD que le habían dado. Volvió la mirada hacia
el CD y sonrió tontamente, parecía que Ren se encontraba mejor. ¿Le habría
gustado aquella chica? Minhyun le dio un codazo a BaekHo y BaekHo avisó a Aron,
los tres se quedaron mirando la sonrisa de Ren, era raro verle así, desde hace unas
semanas parecía deprimido. Cuando acabó
el evento salieron a coger el coche que les llevara a la Pledis para ensayar. A
la salida JR se encontró con la chica de antes, la que habló con Ren, parecía
agobiada. Se acercó poco a poco.
—Eh, ¿estás bien? —preguntó
La chica, angustiada, lo miró, apretaba los labios y le
temblaban las manos.
—He perdido mi móvil. —contestó.
JR parpadeó.
— ¿Dentro o fuera? —preguntó
— No lo sé.
Se acercó y le pellizcó suavemente la mejilla.
—Tranquila, ve dentro, di que vas de mi parte, que has
perdido el móvil y que es urgente, yo tengo prisa, me gustaría quedarme a
ayudarte.
— ¡Gracias! —se marchó corriendo para entrar en el recinto
JR entró en el coche.
— ¿MinHyun? —preguntó
— Aquí estoy, JR. —Se apoyó en la ventanilla—. Eh, me
encontré a una chica que entró al recinto, me dijo que iba de tu parte y que
era urgente.
—Eh sí, ¿la dejaron pasar?
—Por supuesto. —Abrió la puerta y entró al coche.
Aron arrancó el coche y comenzó a conducir dirección Pledis.
Ren miraba por la ventana, volvía a estar tan pensativo como antes. MinHyun
miró a JR.
—Por cierto, ¿qué le pasaba a la chica?
—Perdió su móvil.
— ¿No me jodas? Yo me encontré uno, lo tengo aquí, iba a
entregarlo a nuestro mánager para que pusiera un anuncio.
— ¿Eh? ¿Lo tienes? Ya es tarde… Supongo que sí, habrá que
dárselo a él. Ren, la chica con la que hablaste bastante, la de los ojos
claros, ¿cómo se llamaba?
Ren salió de su mundo y miró a JR.
—Julia, ¿por qué? —contestó.
— ¿Te vas a acordar, MinHyun?
—Sí, sí, tranquilo, le doy el móvil al mánager y digo que
busque a una tal Julia que es extranjera.
Ren se acomodó en el asiento.
— ¿Ha perdido el móvil? —preguntó
—Sí, lo encontré
dentro.
—Podrías llamar a alguien de sus contactos y decirle que se
ponga en contacto con ella. —Sugirió.
JR intentó desbloquear el teléfono, pero tenía código. Miró
a Ren, éste cogió el teléfono.
—Déjame a mí, mañana tendréis el teléfono desbloqueado.
A JR le pareció más una táctica para poder ponerse en
contacto con ella y reencontrarse, aunque Ren es impredecible. Llegaron a
Pledis, Aron aparcó y bajaron del coche.
Julia entró por la puerta del piso. Marta la esperaba en el
salón, se había quedado en casa ya que tenía bastante fiebre.
— ¿Qué tal? No te veo muy entusiasmada.
— Me firmaron los CDs, pero he perdido el móvil.
—Joder… Se incorporó.
—JR quiso ayudarme a buscarlo, pero no tenía tiempo, es un
cielo. —sonrió.
—Tiene pinta de ser el más servicial.
Se dejó caer sobre el sillón y suspiró.
—En fin, tendré que comprar otro móvil, no puedo andar por
Seúl descomunicada.
— ¿Crees que te lo robaron?
—No sé qué decirte, había bastante gente, pero yo creo que
se me cayó del bolsillo de la chaqueta.
Marta se levantó y cogió una carta.
—Llegó esto para ti.
Julia lo miró, era de España. Una carta de un familiar, la
abrió y la leyó, pero no tenía ganas de escribir la respuesta, perder el móvil
la había hundido. Ahí tenía de todo, números, fotos, canciones… cosas que nunca
recuperaría. Se quedó mirando la televisión hasta que se dio cuenta de que era
hora de cenar, tampoco tenía ganas de cocinar así que hizo lasaña precocinada.
Marta se había ido a la cama hace una hora, así que estaba sola en la cocina,
su mirada se perdía en la estancia, nunca le había afectado tanto perder algo.
Después de cenar se cambió, se desmaquilló, se tumbó en la cama y cerró los
ojos.
Abrió los ojos de par en par, ¿qué contraseña podría haber
puesto? Probó con mil combinaciones, menos mal que no tenía la opción de
reseteo. Casi se daba por vencido cuando sonó como si una puerta se abriera, un
sonido seco y corto, miró al móvil, lo había conseguido desbloquear. Estaba en
español, pero un móvil no es tan difícil de manejar, también podría cambiar el
idioma a coreano. Apuntó la clave en un papel y bloqueó el móvil, ya miraría
mañana la lista de contactos y a probar uno por uno, o los que él creía que
podrían tener contacto con ella. Apagó la luz y cerró los ojos esperando poder
dormir.