[Mir]
Una
vez estuve seguro de que Joon dormía me levanté y fui hacia la ventana. Qué
agobio, no podía dormir a su lado sabiendo que no estaban ni Thunder, Seungho
ni G.O… Quizás fuese lo que llaman “adrenalina”. Pegué las manos al cristal y observé las
miles de luces de Atenas, es precioso… Ojalá Joon estuviera despierto para
observar las luces conmigo. Me giré para comprobar si estaba durmiendo u
observándome cual niña japonesa de película de terror. Seguía durmiendo
pacíficamente. Oí un gruñido y me fijé en que se había dado la vuelta y había
ocupado mi parte, agarró la sábana y se la acercó al rostro. Mordí mi labio
inferior reprimiendo las ganas de achucharle que empezaba a sentir. Joon tenía
el cabello revuelto pero sin enredar y la camisa se le había subido hasta la
cintura, dejando su costado al descubierto. En cualquier caso… ¿Me estaba
provocando? Suspiré, era algo que no
podía controlar, me acerqué y jugué con sus cabellos.
-Idiota.-Murmuré.
-Ngh,
¿ahora qué he hecho?-Respondió adormilado.
Mierda…
Estaba despierto, menos mal que no dije nada raro ni le hice nada.
-Nada-acaricié
su mejilla-solo quería insultarte.
-¿Te
hace sentir mejor?-Preguntó.
-Digamos
que sí, pero te lo digo con amor.
-Entonces
vuelve a insultarme…-Murmuró.
-Maricón.-Insulté.
-Eh,
pero no te pases.-Rió.
-Cabrón.
-Prefiero
que me vuelvas a llamar idiota.-Hundió la cabeza entre las sábanas.
Me
acerqué a su oído.
-Para
mí siempre serás un idiota, Lee Joon, el que se equivoca al recitar dichos y
que solo quiere presumir, pero al que aun así quiero mucho.
Levantó
la cabeza y me miró.
-¿Enserio
me ves así?-Preguntó.
-Espero
que no te ofenda, pero sí.-Respondí mientras le peinaba un poco.
-Para
mí eres un pueblerino, siempre gritando,
¿qué te crees, que estás en un mercado?-Se incorporó.
-No
te lo niego, vengo de un pueblo y del campo, pero tan burro no soy, solo grito
cuando me lo ponéis a tiro.-Reí.
-¿No
te ofende?-Preguntó.
-Si
lo dices tú no.-Me acerqué a su rostro.
Joon
se alejó un poco.
-Mir…
No te me acerques así.-Dijo.
-¿Por?-Pregunté
mientras me acercaba más.
Joon
frunció el ceño.
-Me
vas a tirar de la cama.
-Cáete
pues.-Seguí acercándome.
-No,
en serio, ¿qué pretendes?
Le
agarré del cuello de la camisa y lo tumbé en la cama. Me acerqué a sus labios y
le besé, una vez tras otra. Agarró mi cintura con sus manos y me atrajo hacía
él. Esta vez era yo el que controlaba el beso, Joon se dejaba llevar como un
esclavo. Bajé hasta su cuello y lo besé,
noté cómo la temperatura de su cuerpo subía poco a poco.
-¿Por
qué me haces esto?-Preguntó.
-Al
menos una vez en la vida me tiene que tocar a mi ser el dominante, ¿no?
Sonrió
pícaramente.
-Sabes
que acabarás abajo.-Cortó secamente.
-¿Eh?-Pregunté.
Joon
me empujó y se colocó encima. Grité, él me cogió de las muñecas.
-Joder,
parece que voy a violar a una colegiala japonesa.
-¿Y
porqué japonesa?-Pregunté.
-Tío,
las japonesas son las que más se quejan.-Respondió convencido.
-¿Y
tú cómo sabes eso, te has tirado a una colegiala japonesa o qué?-Pregunté ofendido.
-Eh,
no, digamos que cierta me paso una cosa.
Agité
los brazos.
-¡Maldito
pervertido!-Exclamé.
-¡Shh!-me
tapó la boca con la mano derecha-Los demás huéspedes se van a despertar y se
van a quejar en recepción.
-¡Fítame
la mano de la boca, a shaber qué has hecho con eza mano!-Farfullé a la vez que
intentaba quitarme la mano de Joon.
-¿Eh?
No he hecho nada malo, tranquilo, el mp4 lo dejé en Corea.-Rió.
Me
sonrojé.
-¿Vas
a dejarme así sin más?-Pregunté entrecortado.
-¿A
qué te…? Ah ya, te refieres a si te voy a dejar con el calentón, mmm… podría
ser cruel y hacerte ver obligado a hacer cierta cosa en el baño… Pero prefiero
disfrutar de ti un rato.
-¿Disfrutar
de mí?-Pregunté.
Se
acercó a mi cuello y respiró hondamente.
-Sí,
disfrutar.-Lamió mi yugular.
-Ah…-Gemí.
-Esto
empieza a ser divertido…
-¿Me
vas a meter mano?-Pregunté asustado.
-Tú
tienes un trauma con que te toque, ¿no?-Se descojonó.
-Es
que…-me sonrojé-me pone bastante…-Cerré fuertemente los ojos.
-Está
bien saberlo.-Me susurró mientras deslizaba su mano hacia el elástico de mis
pantalones y tiraba de él.
-Tú
quieres que me dé un paro cardíaco, ¿no?-Pregunté.
Me
quitó la camisa, yo me dejé.
-Quizás.-Respondió. Besó mi pecho -¿Sabes? Tienes la piel muy
suave.
-¿Cómo
me lo debo tomar?
-Que
el rollo se hace más placentero.-Bromeó.
-Ja,
ja.-Reí irónicamente-¡Ah!-Exclamé, Joon me había mordido el pezón-¡Serás bruto,
eso no me pone!
-¡Mir!
A este paso voy a tener que ponerte un bozal, deja de gritar y déjame el
trabajo a mí.
-Siempre
dices lo…-me tapó la boca-mizmoh.
Comenzó
a bajar con su boca por mi cuerpo, esto en vez de parecer algo serio parecía
prácticas para jóvenes de una asociación de sexualidad. Joon iba por el vientre, un escalofrío
recorrió mi cuerpo. Bajó lentamente mis pantalones. Dios, qué vergüenza, menos
mal que la única luz que había era la de la Luna y era escasa. Con la poca luz
que había pude ver la silueta de Joon mientras se quitaba la camisa.
-Mañana
nos subiremos en un yate y disfrutaremos de Grecia, mientras déjame hacerte
cosas perversas en esta cama.-Dijo sensualmente.
No
supe qué responder, Joon me atacó de nuevo. Sin darme cuenta estaba besándole,
como si no hubiera nada más importante en el mundo que nosotros, no sé qué digo
ya, ahora mismo somos lo más importante para mí. Cada caricia que me regalaba
Joon era alimento para mis sentimientos, todas las dudas que tenía sobre
nosotros, todos los impedimentos que hacía que no me entregase a él con
plenitud desaparecían, ¿era este el inicio de mi libertad? Suspirábamos a la
vez, nuestros cuerpos se rozaban continuamente, nuestras miradas se encontraban
para no perderse nunca…Nuestras manos permanecerían cogidas hasta el amanecer.