—Espero que no me hayas puesto la
chuleta quemada.
—Tranquilo, que esa me la como yo, y
no está quemada, está “crujiente”
MinHyun no pudo evitar reírse. Los
cinco se sentaron para comer, se miraban entre ellos.
—Entonces, ¿vas mañana? —preguntó
BaekHo
JR bebió un trago de Coca-Cola y
afirmó con la cabeza.
—Si Ren se anima y me acompaña
mejor, no quiero ir solo.
—¿Por si es una fangirl? —preguntó
Aron.
JR se quedó pensando y miró a Ren
—La verdad es que era una chica
bastante normal, es decir, ni gritó ni nada, se le vio un poco
tímida pero eso es normal. ¿Te vienes, Ren? Sé que tienes
ganas.—Comentó con una sonrisa.
Ren miró hacia el techo y luego bajó
la mirada hacia JR.
—¿Qué ocurre? —Preguntó MinHyun
con una media sonrisa dibujada en su rostro.
—¿Ren se nos ha enamorado? —Preguntó
BaekHo.
—¡No! ¿Pero por qué sacáis
conclusiones que no son? —respondió indignado.
Aron sonrió.
—Lo primero que harías es negar lo
que es verdad, aunque bueno, si tú lo dices te tenemos que creer,
¿no?
Ren se levantó, cogió el plato y se
marchó al sofá. Vaya pesados que eran sus compañeros. Encendió la
tele y siguió cenando. El móvil de Julia estaba en la mesilla, lo
miró, lo cogió y miró la pantalla bloqueada. Se giró para ver si
los otros seguían en la cocina y desbloqueó el teléfono, comenzó
a mirar las fotos, ¿esas serían de su cumpleaños? Salía con
bastantes personas, en una foto una chica rubia le estampaba un cacho
de tarta en la mejilla izquierda mientras Julia la miraba incrédula.
Ren sonrió, pasaba las fotos y con cada foto le daban más ganas de
reír, eran fotos bastante divertidas. Iba a ir, mañana iba a
acompañar a JR.
—¿Te has decidido? —preguntó
BaekHo.
Ren se giró sobresaltado. ¿Desde
cuando estaba ahí?
—No seas tonto, gánate el corazón
de esa chica, seguro que se te da bien. —sonrió.
—Ya, claro, no he tenido novia nunca,
¿cómo lo voy a hacer?
—Pregúntale a Aron, él siempre te
ayuda en lo que sea.
—¿No podrías ayudarme tú?
BaekHo se sentó al lado de Ren.
—¿Qué es lo que quieres saber?
Ren se quedó pensativo mirando el
móvil.
—¿Cómo son las chicas? Es decir...
—Te entendí Ren, no hacen falta
explicaciones. —Rió.
—Por mucho que vea películas de
amor... todo me parece tan incomprensible...
—Simplemente has de ser tú mismo.
—Pero por mucha fangirl que yo tenga
nadie quiere a un chico como yo, aunque me digan que me aman, no lo
hacen, sólo les gusta mi físico, mi voz, mi patética manera de
ser.
BaekHo le dio un codazo.
—Eh, patética no es, eres distinto
pero no por ello patético. Y si no te lanzas nunca sabrás si esta chica te va a
querer por cómo eres y no por lo que eres.
—Se acabará cansando de mí.
—Eso nunca lo digas.
—Nadie quiere a un miedica afeminado
al que todo el mundo llama gay por novio.
—Ren, te lo digo en serio, nunca
digas esas cosas de ti porque no son ciertas.
—¿No es cierto?
BaekHo se quedó callado.
—Pero no lo digas, porque vales
mucho, eres un chico encantador, con una bonita sonrisa, eres
cariñoso, divertido... ¿Qué importa que te den miedo las películas
de terror? ¿Qué importa que seas afeminado? ¿A caso importa que te
llamen gay? Si ella te quiere, te ha de bastar. No importa lo que los
demás digan, lo que importa es lo que pensáis ambos.
Ren suspiró, miró a su compañero y
lo abrazó.
—Gracias. Muchas gracias.
—Anda, vete a dormir, tienes cara de
necesitar descansar.—pellizcó la mejilla de Ren con cariño y se
fue a la habitación.
Bostezó, miró la hora y dejó el
móvil sobre la mesilla. Cogió el plato y fue a la cocina a lavarlo.
—Trae, ya lo lavo yo.
Miró a JR sin decir nada.
—¿Qué pasa?
—Nada, hasta mañana.—Dijo entre
bostezos.
JR fijó su mirada en Ren hasta que
éste salió de la cocina. Hizo sonar su cuello dos veces y lavó el
plato de Ren, luego fue al sofá, donde se tiró de costado. Le
apetecía ver una película.
—Vaya, era hora de levantarse, tienes
el plato de espaguetis en la cocina.
Se restregó los ojos con los puños y
se estiró. ¿Se había dormido en el salón? Lo último que
recordaba era a Leonardo DiCaprio con una pistola en la mano.
—Deberías ducharte, no puedes ir a
ver a esta chica con esas pintas.
—Ya lo sé.—murmuró mientras se
levantaba. Caminó hacia el baño y tocó en la puerta. Un Ren recién
duchado salió, el cabello se le pegó a los laterales de la cara y
las gotas se deslizaban por los cabellos, pasando por las mejillas y
goteando al suelo desde su barbilla. JR entró y cerró la puerta. Se
quitó la camisa y se miró al espejo, necesitaba cortarse el
cabello, era demasiado largo para él. Se peinó hacia atrás y
siguió desvistiéndose. Entró a la ducha, el agua no estaba ni
caliente ni templada, estaba a gusto. Se puso de espaldas a la
alcachofa para que el agua golpeara su espalda y le hiciera “ese
masaje” que tanto le gusta, el cabello se le fue mojando poco a
poco, una vez estuvo totalmente mojado lo echó hacia atrás, las
gotas de agua que se deslizaban por sus músculos le relajaban; era
como si alguien pasara delicadamente las manos. Cerró los ojos y
respiró hondo.
Tardó más de lo normal en ducharse,
siempre había tenido fama de ser el más rápido pero esta vez tardó
lo que Ren solía tardar, unos veinticinco minutos. Salió de la
ducha con una toalla más pequeña que la suya –ya que Ren usó la
de JR porque la suya estaba secándose— alrededor de la cintura.
Sentía que en cualquier momento se podría caer.
—Vaya, sí que te estás poniendo
fuerte. —comentó BaekHo.
—No más que tú. —respondió. Se
metió en la habitación y se visitó. Salió hacia la cocina para
comer, eran casi las tres de la tarde, tenía que darse prisa. Ren ya
estaba preparado, incluso le dio tiempo a peinarse el fleco bastante
bien.
—Yo ya estoy—dijo Ren al terminar
de lavar el plato.
—Yo ya termino.
Aron cogió el plato de JR sin permiso
y le hizo una seña con la mano, le dijo que se fueran ya, que él ya
lavaría el plato. JR se levantó, cogió el móvil, las llaves y
salió con Ren. Cuando llegaron al McDonald de Gangnam las dos chicas
ya estaban. Ambas estaban sentadas mirando al suelo, ¿llevarían
mucho esperando? Ren miró a JR.
—¿Cómo nos acercamos? Saben quiénes
somos. ¿Y si se ponen a gritar? ¿No es mejor dejar el móvil en
algún lado y mandarles un SMS? —sugirió.
—¿Te da vergüenza verla o qué?
—preguntó JR
—No es eso, yo sólo digo que a lo
mejor se arma.
—No creo. —cogió a Ren del brazo y
caminaron hacia donde estaban las dos chicas. Una estaba apoyada en
el hombro de la otra medio dormida y la otra iba por el mismo camino,
estaba bostezando, ¿habían dormido? JR se acercó poco a poco a la chica del otro día y le dio un
toque en el hombro, ésta abrió los ojos y lo miró durante unos
segundos sin decir nada, acto seguido le dio un codazo a su
compañera, que se irguió.
—Hola. —saludaron al unísono.
—Hola.—respondieron al unísono.
JR y Ren sonrieron sin saber qué
decir.
—Mi teléfono.
—¡Ah! Cierto.
JR sacó el teléfono del bolsillo del
pantalón. Julia y Marta seguían sin creer que JR y Ren estuvieran
delante.
—Espero que no hayáis
cotilleado.—murmuró Julia.
—Si lo que te preocupan son las fotos
de tu cumpleaños, sales muy guapa con la tarta en la cara.—rió
Ren.
Lo mataba. Lo iba a matar.
¿Cotillearon? No se lo esperaba de ellos. Pero la sonrisa de Ren
hizo que ella también sonriera. JR miró a Ren y luego al reloj.
—¿Vais a hacer algo? Ah, por cierto,
soy JongHyun y él Ren, qué descortés por mi parte.
Julia y Marta abrieron la boca.
—Ahá.. digo... yo soy Marta,
encantada.
—Yo Julia y no, no vamos a hacer
nada, ¿no, Marta?
Marta negó con la cabeza, seguía sin
creer lo que veía.