Hola lector.

Le invito a leer, pero espero que usted sepa que este blog es de fan fics y que algunos pueden ser de contenido homosexual, si no le gusta no lo lea. Gracias.

lunes, 26 de marzo de 2012

Spring is here (4)

[Mir]
La oscuridad empezaba a disiparse, veía una habitación y un hombre arrodillado. ¿Por qué lloraría? Parece arrepentido de algo. Hay alguien en la camilla, ¿será su hermano? Me acerqué, ¿Joon? No comprendía nada, recorrí el cuerpo del ingresado hasta llegar a su rostro. Mi corazón se paró de golpe, ¿qué broma era esta? Me encontraba ahí, tendido sobre la cama. ¿Estaba en coma? Al menos eso era lo que parecía. Me acerqué a Joon e intenté abrazarle, pero le traspasé. ¿Estaba muerto? No, si mi consciencia sigue activa debía estar vivo.  No podía hacer nada, solo observar. ¿Por qué me haces esto, por qué quieres que vea el sufrimiento de Joon? Se levantó y agarró mi mano, bajé la vista y me miré la mano que supuestamente Joon me cogía. Esto era el peor castigo que se le puede hacer a alguien. La puerta se abrió de golpe, eran G.O, Seungho y Thunder. Los tres parecían muy preocupados, pero me llamó la atención que Thunder tuviera los ojos inyectados en sangre de tanto llorar y la nariz moqueando. “¡Yo no quería esto!” Exclamaba. Joon le abrazó y le dijo algo por lo bajo, no llegué a entenderlo. Seungho acarició mi mejilla, sus  caras eran terribles, ¿esto era tan serio? Me acerqué a Thunder y toqué su espalda. Thunder…, aquel hombre que vi como un compañero y un rival, ahora le veía como un hermano. “Joon, lo siento –se secó las lágrimas- yo nunca quise esto, yo…Solo fui un completo idiota, todo es culpa mía” Dijo. Sentí lástima por él, es cierto que me ponía celoso, pero no era culpa suya, era mía por ser tan inmaduro. Thunder miró mi cuerpo y se mordió fuertemente los labios, haciéndose heridas en el inferior. “Debéis iros, dejadme esta noche a su lado” Pidió Joon. El resto le miraron y asintieron, después se fueron sin apartar la vista de mí. Joon se acercó, “¿Ves? Thunder siempre te ha querido” Parecía que nunca se le iban a secar las lágrimas. Cogió un sillón y se acercó a la camilla, lo suficiente para poder cogerme la mano. No, no lo hagas Joon, por favor, cualquier cosa menos esa, no quiero verlo…Quiero cerrar los ojos, pero parece que no tengo párpados. No, no, no quiero verlo, si lo hago no sé qué me pasaría. Se acercaba cada vez más a mi rostro. << ¡No lo hagas!>> Exclamé hacia mis adentros mientras intentaba separarle. << ¡No quiero oírlo! >> Volví a exclamar. Rozó mis labios con los suyos mientras pronunciaba un “te quiero”. Me llevé la mano al pecho, el corazón me iba a mil, toqué mis labios con las puntas de mis dedos. ¿Por qué no podía despertar? Quisiera abrir los ojos y abrazarle, retenerle entre mis brazos mientras correspondo a ese sentimiento. Me dejé caer sentado sobre el suelo, ¿esto era lo que tenía que aguantar durante todo este tiempo? Busqué en mis bolsillos la cajetilla de tabaco, sin darme cuenta de que era una especie de “espectro”. Genial, “despierto” de por vida y sin un solo cigarrillo. ¿Cómo iba a aguantar?
Y así pasarían las semanas, de lunes a domingo, hasta que transcurrieron dos meses. Oía todo lo que se hablaba en aquella habitación, veía todo lo que ocurría. ¿Os podéis imaginar mi sufrimiento? Aunque me dolía más el estado en el que se encontraba Joon, hace una semana el médico le dijo que esto empeoraba… ¿Mi vida se apagaba? No quería morir sin besar a Joon por última vez, sintiendo sus labios pellizcar los míos. Ya no me sorprendía, quizás estuviera preparado para el final, quizás ya no me quedase nada en este mundo y solo fuera un despojo humano. ¿Pero Joon? ¿Qué sería de él? ¿Cómo se lo tomaría? ¿Cómo lo superaría? Esas eran las únicas cuestiones que me martillaban el cerebro. Le veía cada mañana a mi lado, cogiéndome de la mano y hablándome alegremente, él tenía esperanzas, algo que yo ya había perdido hace tiempo. Mis compañeros me traían flores y lloraban sobre los hombros de los demás…Y yo sin poder hacer nada. Me duele, me duele haber sido como fui, haberme comportado de aquella manera, haber sido tan imbécil. Ahora por mi culpa todos sufrían, ahora por mi culpa ellos no podían dormir tranquilos. En el mismo lugar, sentado, observando y escuchando, así estaba yo, sin poder hacer nada, contemplando cómo los demás derramaban lágrimas por mí.