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Le invito a leer, pero espero que usted sepa que este blog es de fan fics y que algunos pueden ser de contenido homosexual, si no le gusta no lo lea. Gracias.

jueves, 23 de febrero de 2012

Winter is beginning to take hold in our hearts. (2)

[Joon]
Me iba a pasar una vida y media para conseguir dos chocolates, aquello era interminable. Miré hacia mis zapatillas y las sacudí ligeramente, estaban hechas polvo.  Mi mirada quedó clavada en la punta de una de las zapatillas, sonreí al pensar en Mir, ¿volvería a ser el mismo? Creo que todos nos merecemos una segunda oportunidad y más si es en Navidad.  Levanté la vista, joder, más que menguar parecía aumentar la cantidad de personas esperando.
-Perdone.-Interrumpí a la pareja que hablaba delante de mí.
-¿Sí?-Preguntó la mujer.
-¿Sabe si hay máquina de cafés?
-Ah, sí hay, lo dice porque esta cola es demasiado cansina, ¿no? Yo habría ido, pero es que aquí te regalan galletas.-Contestó el hombre alegremente.
Hice una pequeña reverencia
-Muchas gracias.
-Mira, joven, tienes que ir por ese pasillo a la derecha.-Me indicó ella.
Sonreí y me marché por donde me indicaron. Llegué a la máquina y saqué un chocolate y un café con nata, la nata no salió como esperaba, no me fiaba mucho, pero era algo. Volví por donde vine hasta divisar a Mir sentado esperando. Estaba jugueteando con su iPhone.
-Siento tardar, en la cafetería eran demasiados y tuve que ir a la máquina…, una pena ya que el otro es casero y te daban una galletita.
-Ah, no importa, sigue siendo chocolate, ¿no?
-No estoy tan seguro.-Reí.
Mir miró mi café y se le escapó una leve risa. Le di su chocolate y me senté a su lado.
-Pues no está mal el chocolate…
Fui a probar mi café pero me revolvió el estómago, era asqueroso. Mir se reía, lo que dañó a mi orgullo. Me levanté y lo tiré.
-Joon
Me di la vuelta. Mir sonreía pacíficamente.
-¿Qué?
-¿Esas son maneras de contestarme?-Se levantó-Toma un poco de mi chocolate
Antes de que yo respondiera lo había colocado en mis manos
-Pero es tuyo…
-Bebe, es una orden.
Asentí con la cabeza y tomé un sorbo del chocolate.
-Termínatelo.-Dijo.
Le miré extrañado.
-¿No lo quieres?
-Parece que te gusta.-Sonrió débilmente.
-Pero es tuyo…
-¿Qué es?-Preguntó.
-¿Una orden?-Respondí.
Afirmó con la cabeza a la vez que se mordía el labio inferior. Idiota, ¿por qué haces que me sienta así, por qué te comportas de esa manera conmigo? Dejé un sorbo del chocolate para Mir.
-No lo quiero.-Lo rechazó.
-Si te lo tomas haré lo que quieras, pero por Dios, estás congelado.
Me miró interesado.
-¿Lo que quiera?-Preguntó.
-Sí, lo que quieras.
Cogió el vaso y de golpe se tragó lo que quedaba.
-¡Abrázame!-Exclamó.
-¿Qué?-Pregunté aturdido.
-Que me abraces… Tengo frío, y era lo que yo quisiera…-Hinchó los cachetes.
-Oh, Mir, ¿qué harías si mi?
-Probablemente alimentarme a base de Nutella.
Le revolví el cabello con la mano derecha, era como en los viejos tiempos… ¿Duraría esta felicidad o se vendría abajo?
-Si te alimentaras de Nutella te pondrías malo.
-Pero entonces vendrías tú a cuidarme.
-¿Qué? Eso no tiene ningún sentido, porque si no me tienes y comes Nutella, ¿Cómo luego…? Bah, déjalo.-Me reí.
Todo parecía volver a cómo era antes.
-¡Eh, a grabar!-Gritó el manager.
-Hum, nos toca.-Murmuré.
Mir empezó a caminar.
-Pues date prisa.-Comentó.
-Será traidor… ¡Encima que te abrazo!-Exclamé mientras me intentaba poner a su altura.



Repetimos dos veces la canción, Mir fallaba en el estribillo. Aunque no estaba saliendo mal, el manager quería más de él.
-¡Volveré cuando te dignes a usar tu voz!-Se quejó mientras salía con el  productor a fumar un cigarro.
Mir se sentó desganado en el suelo.
-Eh, no lo haces tan mal…
-Se me quitan las ganas de cantar…
Me agaché.
-¿Pero tú eres tonto?-Pregunté-¿Crees que yo tengo ganas?
-Pero hoy canto fatal…
Cogí su cara entre mis manos.
-Vuelve a decir eso y te rompo la nariz.
-¿Eh, por qué siempre que digo o hago algo me amenazas con romperme una parte de mi cuerpo?
Sus palabras frenaron de golpe y evitó mirarme.
-¿Mir?
-Sigamos cantando.
-¿Y ese cambio?
-He dicho, sigamos cantando.-Se levantó y se acercó al micrófono para practicar.
Ahí estaba, cantando, ignorándome y con la mirada apagada. ¿Por qué sería?


Salimos del estudio y nos reunimos con el resto del grupo.
-¿Qué tal?-Preguntó Seungho sin prestar atención.
-Not Bad.-Respondí a la vez que me encogía de hombros.
-Oh, Jooncito, ¿te apetece luego ir a pasear?-Thunder se me había echado encima, aferrándose a mi brazo como un pulpo.
-Thunder…Esto es algo in…
-¡Ah, fenomenal! Podemos ir al zoo.
-No, no me apetece salir.
-¿Y a casa?-Preguntó.
-Eso estaría mejor.-Sonreí. Seguro que no lo hacía con mala intención.
-Oppa~-Dijo empalagosamente.
-Thunder~-Respondí.
-¿Me quieres, oppa?-Preguntó.
-Claro que sí.-Respondí mientras deslizaba el dedo índice sobre el puente de su nariz.
Thunder me respondió ronroneando y restregando su cabeza contra mi pecho.
-Mira que a veces puedes llegar a ser niño.-Criticó G.O
-Ah, pero tiene cierto encanto.-Comentó Seungho.-Desde que Mir no está, él ahora es la mascota de Joon.
Mir se atragantó con su propia saliva.
-¿Estás bien?-Preguntó Thunder.
-Sí.-Respondió a secas.
-Ah, Thunder, ya es hora de que recojas toda la ropa que me dejas tirada en el suelo.-Aproveché para regañarle.
-Oppa, no seas malo, no es momento, ¿no ves que te doy las gracias por cómo me cuidas a diario? No seas aguafiestas…
Me reí.
-Ni que fueras un gato…
-¿Cómo? Yo soy tu gato… ¡Miau!-Acompañó la frase con el gesto de arañar con las garras.
G.O puso mala cara.
-Bueno, Mir, ¿te han contado lo del partido de mañana?-Preguntó Seungho
-¿Partido?-Respondió atónito
-Sí, el partido con los niños de primaria.-Comenté
-No, no sabía nada.
-¿Te apetece quedarte a dormir en casa? Así luego vamos todos juntos y ninguno llega tarde...Van a haber fotógrafos y esas cosas, básicamente es imagen para el grupo, pero nos divertiremos.-Soltó Thunder con una sonrisa de oreja a oreja.
-Nunca he sido bueno en fútbol...-Se excusó.
-Oh, venga, ¿vas a dejar desamparados a unos niños de diez años? Eres un desalmado.-Criticó Thunder-Bueno, si no vienes no te quedas en casa, y si no te quedas en casa significa que no recuperas tu cama.-Sonrió desafiante.
-Venga Mir...-Animé.
Mir dudó. Levantó la cabeza y nos miró a todos.
-Solo lo hago por mi imagen, que conste.