[Joon]
Me iba a pasar una vida y media para conseguir dos chocolates, aquello era interminable. Miré hacia mis zapatillas y las sacudí ligeramente, estaban hechas polvo. Mi mirada quedó clavada en la punta de una de las zapatillas, sonreí al pensar en Mir, ¿volvería a ser el mismo? Creo que todos nos merecemos una segunda oportunidad y más si es en Navidad. Levanté la vista, joder, más que menguar parecía aumentar la cantidad de personas esperando.
-Perdone.-Interrumpí a la pareja que hablaba delante de mí.
-¿Sí?-Preguntó la mujer.
-¿Sabe si hay máquina de cafés?
-Ah, sí hay, lo dice porque esta cola es demasiado cansina, ¿no? Yo habría ido, pero es que aquí te regalan galletas.-Contestó el hombre alegremente.
Hice una pequeña reverencia
-Muchas gracias.
-Mira, joven, tienes que ir por ese pasillo a la derecha.-Me indicó ella.
Sonreí y me marché por donde me indicaron. Llegué a la máquina y saqué un chocolate y un café con nata, la nata no salió como esperaba, no me fiaba mucho, pero era algo. Volví por donde vine hasta divisar a Mir sentado esperando. Estaba jugueteando con su iPhone.
-Siento tardar, en la cafetería eran demasiados y tuve que ir a la máquina…, una pena ya que el otro es casero y te daban una galletita.
-Ah, no importa, sigue siendo chocolate, ¿no?
-No estoy tan seguro.-Reí.
Mir miró mi café y se le escapó una leve risa. Le di su chocolate y me senté a su lado.
-Pues no está mal el chocolate…
Fui a probar mi café pero me revolvió el estómago, era asqueroso. Mir se reía, lo que dañó a mi orgullo. Me levanté y lo tiré.
-Joon
Me di la vuelta. Mir sonreía pacíficamente.
-¿Qué?
-¿Esas son maneras de contestarme?-Se levantó-Toma un poco de mi chocolate
Antes de que yo respondiera lo había colocado en mis manos
-Pero es tuyo…
-Bebe, es una orden.
Asentí con la cabeza y tomé un sorbo del chocolate.
-Termínatelo.-Dijo.
Le miré extrañado.
-¿No lo quieres?
-Parece que te gusta.-Sonrió débilmente.
-Pero es tuyo…
-¿Qué es?-Preguntó.
-¿Una orden?-Respondí.
Afirmó con la cabeza a la vez que se mordía el labio inferior. Idiota, ¿por qué haces que me sienta así, por qué te comportas de esa manera conmigo? Dejé un sorbo del chocolate para Mir.
-No lo quiero.-Lo rechazó.
-Si te lo tomas haré lo que quieras, pero por Dios, estás congelado.
Me miró interesado.
-¿Lo que quiera?-Preguntó.
-Sí, lo que quieras.
Cogió el vaso y de golpe se tragó lo que quedaba.
-¡Abrázame!-Exclamó.
-¿Qué?-Pregunté aturdido.
-Que me abraces… Tengo frío, y era lo que yo quisiera…-Hinchó los cachetes.
-Oh, Mir, ¿qué harías si mi?
-Probablemente alimentarme a base de Nutella.
Le revolví el cabello con la mano derecha, era como en los viejos tiempos… ¿Duraría esta felicidad o se vendría abajo?
-Si te alimentaras de Nutella te pondrías malo.
-Pero entonces vendrías tú a cuidarme.
-¿Qué? Eso no tiene ningún sentido, porque si no me tienes y comes Nutella, ¿Cómo luego…? Bah, déjalo.-Me reí.
Todo parecía volver a cómo era antes.
-¡Eh, a grabar!-Gritó el manager.
-Hum, nos toca.-Murmuré.
Mir empezó a caminar.
-Pues date prisa.-Comentó.
-Será traidor… ¡Encima que te abrazo!-Exclamé mientras me intentaba poner a su altura.
Repetimos dos veces la canción, Mir fallaba en el estribillo. Aunque no estaba saliendo mal, el manager quería más de él.
-¡Volveré cuando te dignes a usar tu voz!-Se quejó mientras salía con el productor a fumar un cigarro.
Mir se sentó desganado en el suelo.
-Eh, no lo haces tan mal…
-Se me quitan las ganas de cantar…
Me agaché.
-¿Pero tú eres tonto?-Pregunté-¿Crees que yo tengo ganas?
-Pero hoy canto fatal…
Cogí su cara entre mis manos.
-Vuelve a decir eso y te rompo la nariz.
-¿Eh, por qué siempre que digo o hago algo me amenazas con romperme una parte de mi cuerpo?
Sus palabras frenaron de golpe y evitó mirarme.
-¿Mir?
-Sigamos cantando.
-¿Y ese cambio?
-He dicho, sigamos cantando.-Se levantó y se acercó al micrófono para practicar.
Ahí estaba, cantando, ignorándome y con la mirada apagada. ¿Por qué sería?
Salimos del estudio y nos reunimos con el resto del grupo.
-¿Qué tal?-Preguntó Seungho sin prestar atención.
-Not Bad.-Respondí a la vez que me encogía de hombros.
-Oh, Jooncito, ¿te apetece luego ir a pasear?-Thunder se me había echado encima, aferrándose a mi brazo como un pulpo.
-Thunder…Esto es algo in…
-¡Ah, fenomenal! Podemos ir al zoo.
-No, no me apetece salir.
-¿Y a casa?-Preguntó.
-Eso estaría mejor.-Sonreí. Seguro que no lo hacía con mala intención.
-Oppa~-Dijo empalagosamente.
-Thunder~-Respondí.
-¿Me quieres, oppa?-Preguntó.
-Claro que sí.-Respondí mientras deslizaba el dedo índice sobre el puente de su nariz.
Thunder me respondió ronroneando y restregando su cabeza contra mi pecho.
-Mira que a veces puedes llegar a ser niño.-Criticó G.O
-Ah, pero tiene cierto encanto.-Comentó Seungho.-Desde que Mir no está, él ahora es la mascota de Joon.
Mir se atragantó con su propia saliva.
-¿Estás bien?-Preguntó Thunder.
-Sí.-Respondió a secas.
-Ah, Thunder, ya es hora de que recojas toda la ropa que me dejas tirada en el suelo.-Aproveché para regañarle.
-Oppa, no seas malo, no es momento, ¿no ves que te doy las gracias por cómo me cuidas a diario? No seas aguafiestas…
Me reí.
-Ni que fueras un gato…
-¿Cómo? Yo soy tu gato… ¡Miau!-Acompañó la frase con el gesto de arañar con las garras.
G.O puso mala cara.
-Bueno, Mir, ¿te han contado lo del partido de mañana?-Preguntó Seungho
-¿Partido?-Respondió atónito
-Sí, el partido con los niños de primaria.-Comenté
-No, no sabía nada.
-¿Te apetece quedarte a dormir en casa? Así luego vamos todos juntos y ninguno llega tarde...Van a haber fotógrafos y esas cosas, básicamente es imagen para el grupo, pero nos divertiremos.-Soltó Thunder con una sonrisa de oreja a oreja.
-Nunca he sido bueno en fútbol...-Se excusó.
-Oh, venga, ¿vas a dejar desamparados a unos niños de diez años? Eres un desalmado.-Criticó Thunder-Bueno, si no vienes no te quedas en casa, y si no te quedas en casa significa que no recuperas tu cama.-Sonrió desafiante.
-Venga Mir...-Animé.
Mir dudó. Levantó la cabeza y nos miró a todos.
-Solo lo hago por mi imagen, que conste.